6 de julio de 2013

Felicidad

"Lo prohibido es prohibido porque puede gustar, y a veces causa miedo, remordimientos, dolor e incluso lágrimas. Pero, ¿y cuando te hace sentir bien? Como algo que surge por culpa de una mirada, de una sonrisa, de una caricia, de una mano que se acerca a la tuya mientras los dedos se entrelazan con una lentitud dulce, algo que acaba dándote ganas de agarrar a esa persona de la cintura, sin pararte a pensar si está bien o si es moralmente discutible, apartarle el pelo de la carita y acercar sus labios a los tuyos, sin llegar a besar, solo a juntarlos, a notar como las respiraciones se mezclan, ese momento en el que te entran ganas de besarle de verdad. Entonces os acercáis mientras os olvidáis de las normas, y vais notando como el ambiente cambia, como si el tiempo se relentizara y solo existiéseis vosotros dos. Hay sonrisas de complicidad, mordiscos que incitan a más, juegos de lengua, y caricias, muchas caricias. Algunas suaves, otras hacen cosquillas, o consiguen pequeños movimientos que te hacen sonreír, y otras que os van acercando más al calor de los cuerpos. Besos cortos, largos, pequeños, con mordiscos, con lengua, con sonrisas, con pasión. Detalles, momentos y consecuencias que te hacen sentir bien, sentir que te acercas cada vez más a la felicidad absoluta. Si la felicidad se consigue por medio de algo prohibido ¿se considera inmerecida, o simplemente especial? Lo importante es el final, es sonreír,y si lo logras, no importa el camino, hay veces en las que sólo debe preocuparnos nuestra propia sonrisa."